"Los mercados por fin se han despertado ante el riesgo de ruptura de Reino Unido", afirma hoy Marvin Barth, analista del banco británico Barclays, tras la marejada desatada en la City de Londres por las últimas encuestas sobre el referéndum que Escocia celebrará el 18 de septiembre.
La libra cae más del 1% frente al dólar, mientras que el FTSE 100, principal índice de la Bolsa londinense, desciende un 0,7%, después de que un sondeo publicado ayer por The Sunday Times indicara que una mayoría de escoceses está dispuesta a votar por la independencia en esa consulta. Según esa encuesta, realizada por YouGov, un 51% de los 4 millones de votantes apoyará la secesión, frente a un 49% partidario de seguir en el Reino Unido.
Se trata de la primera encuesta que da la victoria a los defensores de la separación, que hasta hace un mes estaban unos diez puntos por detrás de los unionistas.
Según Barth, pese al correctivo de hoy, "los inversores todavía subestiman el riesgo de un voto favorable a la independencia. En caso de producirse, se abriría un largo periodo de incertidumbre sobre el marco legal, económico y político de Escocia y el conjunto de Reino Unido".
Nick Bate, economista en Londres de Bank of America Merrill Lynch, apunta a que todavía no está claro el sistema monetario que tendrá Escocia. "Sigue sin resolverse la cuestión de si el nuevo país podrá seguir usando la libra esterlina", indica.
Entre los valores más afectados hoy por la tensión bursátil figuran los bancos británicos, especialmente aquellos con sede en Escocia como RBS y Lloyds, que pierden el 2% y 3% en el mercado, respectivamente. Los analistas de Credit Suisse indicaron la semana pasada que los inversores empiezan a prestar atención a la exposición de los bancos a Escocia.
Santander UK, que es el tercer banco con más préstamos en Escocia, ha reconocido estar analizando el riesgo para sus operaciones que tendría la victoria del sí en el referéndum, como informó EXPANSIÓN el pasado miércoles. La filial británica del banco español tiene 100 sucursales y 8.000 millones de libras (10.000 millones de euros) en préstamos en Escocia.
El giro en las encuestas se debe a que el primer ministro nacionalista escocés Alex Salmond parece haber convencido a muchos indecisos al prometer que la independencia garantizará de una manera más efectiva el gasto público de su Gobierno en servicios como la sanidad, frente al riesgo de los posibles recortes que imponga Londres en el futuro.
La campaña de la alianza unionista de conservadores, laboristas y liberales, por su parte, ha respondido con su intención de ceder más competencias fiscales a Escocia si sigue dentro del país. Hasta ahora, los opuestos a la separación se han centrado en advertir de las negativas consecuencias económicas para Escocia de una secesión, especialmente ante la posibilidad de perder la libra esterlina como moneda.
El primer ministro británico, David Cameron, ha afirmado que no dimitirá aunque los escoceses voten por la secesión en la consulta. Su celebración fue pactada por Cameron y Salmond hace un año y medio.
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